Concluye
2015 y con él un año lleno de momentos dedicados a la lectura y su
difusión, y aunque siempre te queda la sensación de que se podría haber leído mucho más, el cómputo final, con 16 lecturas resulta bastante satisfactorio para el nivel de vida que llevo.
Además aunque realmente este blog se creara en diciembre de 2014,
prácticamente este año que dejamos ha sido el año de su nacimiento
así como de su crecimiento, evolución y establecimiento. Obviamente
aun queda mucho camino por seguir, mucho que mejorar y que seguir
ofreciendo, pero la tónica general, recibida en parte gracias a la
multitud de comentarios dejados por todos vosotros, mis lectores no tan
invisibles, sólo me invita y me motiva a seguir leyendo.
Y bien, aun sabiendo que hasta
ahora sólo había realizado reseñas de lecturas o como mucho alguna
anotación de las adaptaciones al cine de dichas aventuras, me ha
parecido interesante para concluir el año, hacer un resumen de lo
que este 2015 ha dejado en mi saber literario. No pretendo hacer una
recopilación de todas las entradas publicadas, si no transmitir de
una manera diferente a lo hecho hasta ahora, la sensación general
que me deja el mundo de la literatura tras un año dedicado a leer.
Quiero destacar de esta manera los tres mejores libros que he tenido
el placer de disfrutar este año y también porque no, aquellas
grandes decepciones. También los descubrimientos que 2015 me ha
ofrecido y los que espero que traiga 2016.
Así pues, sin más dilación, os
dejo con el resumen del año 2015. ¡Que lo disfrutéis!
Las tres mejores lecturas
del 2015
Es
muy difícil elegir de entre todas las lecturas aquellas tres que
puedo considerar las mejores, ya que a la hora de elegir las
valoraciones finales que aparecen al final de cada reseña, algunas
veces sólo tengo en cuenta el gusto final que me deja la novela, y
no un sinfín de circunstancias accesorias y circundantes que sólo
se pueden apreciar con el tiempo y la distancia. De esta manera y
aunque tanto Plataforma
como Son de mar
no estén catalogadas como Imprescindibles,
para mi han sido las lecturas que más he disfrutado. Quizás se deba
a que las leí en verano, sin presiones ni obligaciones o simplemente
porque es lo primero que leo de estos autores (uno transgresor y el
otro valenciano, de mi tierra) pero la verdad es que tanto el tono
crítico y directo de Houellebecq como el misticismo y romanticismo
clásico de Vicent me han cautivado. De Hemingway poco tengo que
decir. Con París era un
fiesta he vibrado de
principio a fin. Es lo que tiene tener predilección por este autor,
esa época y ese lugar.
Las tres peores lecturas
del 2015
No voy a recrearme mucho en este
apartado. Las novelas que aparecen aquí lo están por diferentes
motivos: un lenguaje muy recargado y complicado, con un argumento
difícil de seguir, un género literario que decididamente no es el
mío o una decepción creada por las altas expectativas que genera un
tan alto galardón como el Premio Nobel. Lo que si quisiera recalcar
es que a pesar de todo, aun quedando un poco decepcionado, siempre se
pueden sacar aspectos positivos de la literatura. Es la magia de la
lectura, que a pesar de no quedar prendado de un texto, siempre hay
cosas que te enriquecen y por las que merece la pena leer.
Los tres descubrimientos
del 2015
Sé que no tiene mucho sentido
titular descubrimientos del año y hablar de autores de los que
apenas he leído una sola novela, pero muchas veces con eso basta.
Hay veces que una sola mirada puede decir mucho más de una persona
que los volúmenes completos de sus memorias o que, como ocurre en
este caso, con sólo un atisbo de su obra, sepas perfectamente que
ese autor escribe para ti. Me ocurrió a principios de año con
Kundera y esa manera suya de ser profundo en la ligereza, de hablar
de sentimientos y personas tan lejanos a ti pero a la vez tan
cercanos. También me pasó con Houellebecq y su manera tan cínica y
agresiva de contar las cosas, sin tapujos ni tabús, directo, sin
intermediarios. Y por último también con Andy Weir y su Marciano,
con el que he conectado de nuevo con la verdadera ciencia ficción,
con el rigor y la verosimilitud, con la ciencia pero también con la
ficción.
Los
tres deseos para 2016
- Lolita // Vladimir Nabokov
- En el camino // Jack Kerouac
- Eduardo Galeano
En
esta breve lista de los deseos, obviamente hay muchos más autores o
novelas en mi lista roja prioritaria, he querido poner sólo una
representación de aquellos que ya me queman en la estantería. Tanto
Nabokov como Kerouac llevan demasiado tiempo pidiéndome a gritos que
los abrace apasionadamente y aunque sé que aumentando las
expectativas lo único que puedo conseguir es que el batacazo sea más
grande, no puedo dejar de imaginar los buenos momentos que me
depararán. Los dos entran dentro de esa etiqueta de clásicos
contemporáneos que tanto me gusta y estoy seguro de que no
defraudarán. Con Galeano me ocurre algo diferente. Desgraciadamente
lo he tenido que conocer a partir de su muerte, pero su sensibilidad
me ha conquistado con apenas las pocas pinceladas que he absorbido de
él. Además espero que su pluma que me sirva de puente para
adentrarme en la surrealista literatura sudamericana que también
tanto tiempo lleva rondando tras de mi.
Fd:
El lector Invisible
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